Como parte de las actividades que realiza el departamento de Cultura del Agua del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de La Piedad (SAPAS), grupos de estudiantes de diferentes niveles visitan una de las plantas tratadoras de aguas residuales para conocer las instalaciones y procesos que ahí se llevan a cabo.
Recientemente han visitado la Planta alumnos del Jardín de Niños Rosaura Zapata Cano; tres grupos de la Secundaria Técnica número 70 de primero, segundo y tercer grado. Y un grupo de estudiantes de la maestría en Geografía Humana del Colegio de Michoacán sede La Piedad, en su materia de geografía ambiental.
La importancia de conocer este sitio y sus procesos, comenta la encargada del Espacio de Cultura del Agua La Piedad (ECA), Cristina Solorio Echeverría, es que la población conozca que, una vez que el agua es desechada en los hogares al drenaje, no termina ahí su ciclo, sino que se traslada a través de colectores sanitarios para su tratamiento.
Una vez en la planta, explica la funcionaria municipal, este tratamiento comienza en la caja receptora, donde se separan los sólidos del agua. Posterior, las aguas son bombean a las diferentes lagunas, anaerobia, aireada y semiaireada y de sedimentación, en las que cumplen un proceso biológico que dura siete días aproximadamente.
Una vez terminado este tiempo, el agua está lista para ser reutilizada en el riego de sembradíos o áreas verdes de la ciudad, así como para ser devuelta al cauce del río Lerma.
“Quienes han visitado este lugar, han podido comprobar la manera en que ingresan las aguas negras y cómo a través de este proceso, al finalizar, ya se percibe un olor y color diferente, contando con las características para los usos señalados”, comenta Solorio Echeverría.
Añade que con el tratamiento se da cumplimiento a lo establecido en la ley donde se señala que ciudades mayores a dos mil 500 habitantes deben de tratar sus aguas residuales; además forma parte de la responsabilidad y compromiso que se tiene con el medio ambiente al dar un “respiro” al rio Lerma al verter agua limpia.
Un factor importante es el influir positivamente en el ambiente de la zona que confluye al río, dado que al no estar tirando el agua residual directamente en este, práctica que desafortunadamente sigue ocurriendo en varios municipios por donde atraviesa, reduce la contaminación en su paso por La Piedad y la probabilidad de enfermedades en la población que habita en los alrededores.
Invita a que instituciones educativas, empresas y comercios, y en general a quienes deseen conocer más a detalle el proceso que se lleva a cabo en las plantas tratadoras, lo soliciten para que programen su recorrido.
Esta actividad, finaliza la titular del ECA La Piedad, es parte del ciclo urbano del agua que llevan las ciudades y que ayuda para generar mayor conciencia en la población sobre el uso responsable del vital líquido.